Fuensanta Jimenez González, conocida en el mundo del flamenco por Jimena de Coín, fue una figura destacada y querida en los contronos de Coín. No solo por su maestría a la hora de interpretar los cantes sino por la manera de vivir y desarrollar su vida.
Con tan solo 9 años realizará su "primera actuación en público". Cierta noche de 1920 Fuensanta presenciaba el paso de la semana santa con su familia en la Calle Feria. Tras la regular interpretación de una saeta por parte de una saetera espontánea, la pequeña Jimena de Coín alentada por su padre se arrancó con una letra que de mayor repitió en muchas ocasiones:
Qué hermoso está el monumento
con tantas velas "encendías",
mujeres que estáis dentro
despertad si estáis "dormías"
y rezadle al Sacramento.
A partir de entonces su implicación con el cante fue en aumento, empezando por cantar esporádicamente en la pensión España, invitada por Manuel Sánchez (dueño de la pensión) para alegrar las veladas a los huéspedes de su fonda. Con el paso de los años fue desarrollando una personalidad y una forma de cantar la cual era buscada como protagonistas de las fiestas y juergas, llegando a compartir fiestas con artistas como Juan Breva, Antonio Chacón, Niña de los Peines... También se convirtió en una habitual saetera de la semana santa malagueña.
Pero la vida de Jimena no solo rondaba en torno a las fiestas sino que también era una mujer de su casas, haciendo las labores tanto del hogar como las faenas del campo. E incluso tenía ciertas inquietudes que le llevaron a aprender a leer y escribir ayudada por una muestra escrita en una libreta cedida por la pareja de la Guardia Civil que rondaba por el Cortijo Benítez de Coín, lugar de residencia de Fuensanta Jimenez González.
En toda su trayectoria dejó su impronta con un estilo de fandango bastante personal que se encuentra a caballo entre el verdial heterodoxo y el fandango abandolao. A continuación podemos disfrutar de este cante interpretado por una artista malagueña, Virginia Gamez.
